domingo, 9 de agosto de 2020

Capitulo 38










Emilio está acostumbrado a un sexo suave y Marcos le ofrece sexo puro y duro y salvaje. Marcos trata a Emilio como un muñeco. Quiere hacerle pagar todo el dolor que lleva dentro, le ofrece lo que estaba deseando pero no quiere que lo goce, desea lastimarlo. No sólo no tiene ni un mínimo de cuidado al penetrarlo sino que lo hace mirando para lastimarlo. Sabe que Emilio esperaba mucho de esa su primera vez con un guapo y es por eso que no quiere que la disfrute. Emilio se retuerce del dolor. Ni en su primera vez le dolió tanto. Y es que Marcos es todo lo agresivo que puede y por si no fueran poco duros sus golpes de cadena, le estira del pelo, le agarra del cuello.
--¡¡GRITA, CABRON, GRITA¡ERES UN FEO DE MIERDA QUE NO MERECES A ALGUIEN COMO.YO¡ME REPUGNAS. ME TENDRÉ QUE BAÑAR EN LEJIA PARA DESINFECTARME DE TI¡¡
Marcos trata a Emilio con mucho desprecio. No desea que disfrute pero, aunque no es cómo suyo, a Emilio le excita la idea de quien lo está lastimando con su arma sexual es uno de los hombres más guapos que ha conocido, es Marcos. Emilio grita, grita con un profundo dolor que hace disfrutar a Marcos que además le estira del pelo, hunde la cabeza de él contra el colchón para ahogarlo. Emilio se retuerce del dolor pero es un dolor que le da placer. Llora, llora de dolor pero también llora de felicidad. Son tantos años de frustración de mirar sabiendo que no lo iba a poder tener y finalmente se le ha hecho, está tenido sexo con uno de esos guapos. Marcos golpea a Emilio con dureza en el momento del orgasmo y grita. Emilio se ha quedado en la cama, conmocionado. Siente tanto dolor y tanto placer que no puede ni moverse. Marcos salta de la cama, se pone el bóxers y con odio y disfrutando del dolor de Emilio dice:
--¡asi soy yo si no te gusta no haberme comprado¡¡
Emilio se da la vuelta, gime. llora, le duele. Le duele todo el cuerpo y le duele el odio de Marcos. Le habla con tristeza.
--Yo no te compré, yo te convertí en mi marido. No te pido nada que no me haya ganado. Dudo muchísimo que alguien más te pague tanto por acostarse contigo.
--¡vete a la mierda. Siento asco de ti y de mi. Tengo que borrar tus asquerosas huellas de mi cuerpo¡ --le grita Marcos con odio.
Marcos se va desnudo y dejando su ropa en el piso. Emilio está triste pero le encanta verlo desnudo.
--¿porqué me odias de esa manera si yo lo he dado todo por ti? –Emilio triste y tierno.
Marcos mira a Emilio con desafío:
--Si no te gusto como soy eso te pasa por fijarte sólo en la belleza externa, te casaste conmigo sin saber si soy buena persona, si soy un miserable pues esto es lo que soy.
Marcos iba a irse, desnudo en la cama, lleno de dolor y de placer por haber sido poseído por uno de los hombres más guapos que ha visto, Emilio le dice:
--En la agencia he conocido muchos cuerpos bellos y si me fijé en ti no era sólo por el bultazo que se veía en tanga, es porque supe ver en tu mirada, una mirada que ahora está llena de dolor que eres una buena persona y que mereces ser feliz, ojalá el dinero te ayude. Ya sé que no será  conmigo pero ojala seas feliz. 
Aunque le conmueven las palabras de su esposo, Marcos se muestra duro. Se gira y con dureza le dice:
--¡me trae sin cuidado lo que tú pienses¡
Emilio se queda en la cama con un sabor agridulce. Marcos va a su dormitirio desnudo y furioso. Sabe que lo que hace no es justo para Emilio, que él no le ha obligado a nada y que le ha dado demasiado por sólo un poco se sexo. Pero es que su matrimonio le recuerda demasiado la humillación a la que lo sometió Aguirre y que trató de borrar, además está Pinocho. Son demasiados dolores y ha centrado todo su odio en Emilio. Luego se arrepiente y aunque no cambiará de actitud y llora. Tira por los aires todo lo que encuentra a su paso camino de su habitación. Las empleadas ya comentan la distinta actitud de sus patrones, uno todo el día encerrado y el otro todo el día enfadado y tirando cosas por los aires. Aitor enloquece de los celos al ver a Marcos en el pasillo desnudo y le reclama:
--¿¿te has acostado con él?¡
Marcos no tiene ganas de darle explicaciones y es muy agresivo.
--¡¡¿qué te importa?¡
--¿¡¡y yo que soy para ti¡?
Aitor llora y Marcos trata de calmarse.,
--somos amigos.
--¡nos acostamos juntos¡ --reproche de Aitor.
Marcos se muestra cariñoso con Aitor:
--no me hagas esto más difícil, me casé por dinero y le tengo que cumplir y me gusta que estés aquí conmigo porque es contigo con quien disfruto.
Marcos se muestra cariñoso con Aitor y eso lo calma a Aitor.
--¿en serio disfrutas conmigo?
Marcos acaricia la mejilla de Aitor entre fraternal y pícaro:
--con Emilio he cumplido  pero placer me lo das tú… él es pasivo… --con cara de depravado-- ¿porqué no me das tú ahora lo que me falta?
Los dos se miran sensualmente y se besan ardientemente mientras se van metiendo en el dormitorio de Marcos. Las empleados los han visto, una pega el oído en la puerta y no tarda en escuchar los jadeos.- Se acerca a la otra.
--El señor Marcos es una bestia, pobre señor Emilio con lo que lo quiere.
Y la que ha pegado el oído a la puerta de Marcos dice:
--Una bestia es poco, el marido y el amante juntos… ¡¡que escándalo¡
--asi son estos gays –dice una tercera.
--¡eso no tiene nada que ver¡ --la segunda.
--Recién el señor Marcos se ha acostado con su esposo y ahora se acuesta con su amante¡ ¡¡es que sólo vive para el sexo¡
Las empleadas siguen su camino. No se han dado cuenta que estaban hablando frente a la puerta de la habitación de Emilio que lo ha escuchado todo. No quiere que le duele pero no puede evitar sentirse triste porque si bien ha tenido el cuerpo de Marcos éste lo odia. Mira las sabanas. Esas sábanas, esa ropa que huelen a Marcos y se le pasa el dolor.
--¡ha sido mio,. Mio¡
Emilio suspira enamorado. Ha hecho el amor con el Marcos guapo, su vida ya no volverá a ser la misma.

Emilio está feliz porque Marcos fue suyo. Desea que sea el comienzo de algo bonito, desea que Marcos sea cariñoso y amable. Marcos pasa todo el día encerrado. Emilio sólo. En la hora de la cena se emociona al ver a Marcos sentado en la cabecera. Aitor a su lado. Aitor le toca la mano a Marcos, mira desafiante a Emilio. Éste se conforma con recoger las migas que le quiera dar su amigo.
--¿y mis platos? –pregunta Emilio que quiere sentarse junto a su amado.
Marcos, muy brusco, le muestra la otra cabecera de la gran mesa.
--¡ese es tu lugar¡
--Yo prefiero sentarme aquí, ahí estará solo –le suplica.
Marcos lo mira con desprecio.
--¡¡¿no te gusta tanto recordar que estamos casados? ¿no me pides que te dé tu lugar? ¡¡pues ese es tu lugar¡
Emilio no buscaba sólo sexo. Buscaba también cariño y Marcos lo odia cada día más. Aitor se muestra victorioso ante Emilio. Besa la mano de su amado para demostrarle que si bien no tiene el amor de Marcos pero tiene su cariño y su cuerpo. La mesa es muy larga, Emilio ni oye lo que comentan Marcos y Aitor que ríen mucho. Se siente solo.

Marcos apenas ni lo mira. No soporta pensar que se acostó con él poco dinero. Emilio sabe que Aitor es el amante de su esposo y no dice nada. Pese a que Marcos lo ignora él es feliz viendo su belleza, sabiendo que aunque fuera un polvo rápido, se ha acostado con ese chico tan guapo. Y así pasan los días. Marcos hace llamar a Emilio a su despacho. Lo trata como un empleado más. Ese día Marcos está muy contento y Emilio se alegra.
--¡tenemos a Aguirre en nuestras manos¡
Marcos ya ha comprado la agencia de Aguirre y quiere que Emilio se haga cargo, que se acueste con Aguirre como quedaron. Aunque en esos días no lo ha vuelto a tocar, aunque no lo vuelvan a hacer, Emilio es feliz llevando el aroma de Marcos en su piel:
--No quiero estar con nadie, después de estar contigo no.
--¡No te estoy preguntando, te lo estoy ordenando¡ --Marcos agresivo.
--¿y si no quiero? –Emilio dolido porque no le gusta como lo trata Marcos.
--¡me lo prometiste¡
--Si pero…
Emilio no puede acabar la frase, con mucho odio Marcos le dice:
--¿qué pasa?¿es que ya lo hicimos y no te intereso?
--No, no es eso… Me interesas más de lo que yo creia pero no quiero que nadie me toque, quiero quedarme con tu aroma en la pie.
Marcos sabe que logra mas por las buenas:
--y no crees que es una tontería tener que vivir de recuerdos pudiendo tenerme siempre…
Marcos le guiña el ojo, lo mira con cara de depravado:
--me estás diciendo qué… 
--somos matrimonio, si tu me ayudas a mi yo cumpliré con mi parte…
Emilio se va contento, Marcos rompe un jarron. Se mira al espejo:
--¡me das asco¡
Marcos se siente falta por estar engañando a Emilio, prometiéndole sexo si se acuesta con otro.
--¡soy una basura¡
Se le escapa una lágrima. Pero está muy lastimado, es puro odio y quiere acabar con todo.

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