sábado, 8 de agosto de 2020

Capitulo 25






Pinocho ya está medio instalado en el departamento de Humberto . Los dos reposan desnudos en la cama, descargados. Resoplando aún jadeantes del placer que se han dado y han recibido. Comparten un cigarro mientras hablan.
--¿y estás seguro del paso que vas a dar? Digo... el de casarte conmigo.--Humberto.
Humberto mira a Pinocho excitado. Se la ha pasado negando que le gustan los hombres y finalmente se casa con un uno. El dinero es lo que le ha llevado a ello pero tiene claro que ni por toda la herencia que va a recibir diría abiertamente a todo el mundo que es homosexual. Sólo por Pinocho. Pinocho le gusta como ningún otro hombre. Sólo Pinocho es capaz de hacerle hacer cualquier cosa. Para Pinocho ese matrimonio es sólo dinero, un buen negocio para los dos. Y porque no también. La mejor manera de herir a Marcos. Está dolido por el rechazo de Marcos, porque no ha creído en su amor, porqué no lo ha querido escuchar. Además cree que los celos de Marcos sobre su relación con Humberto son celos por Humberto y no por él. Eso es algo que Pinocho no lleva nada bien y por eso casarse con Humberto , con el hombre del que siempre ha estado enamorado Marcos y nunca ha podido tener, es su mayor venganza. Le da una calada al cigarro. No lo mira a los ojos.
--¿es que no quieres cobrar su herencia?
Humberto pone su mano en la mejilla de Pinocho para que lo mire:
--¿eso es sólo lo único que te importa?
A Pinocho le sorprende ver la sorpresa en el rostro de Humberto .
--creí que eso es lo que querías tú. Nos casamos, cobramos tú herencia, me das una parte y cada uno por su lado. No hay complicaciones.
Una vez se haya casado con Pinocho, Humberto no lo piensa dejar escapar fácilmente:
--pero yo creo que tampoco tenemos que hacer un escándalo. A mi me gusta coger contigo. Podemos disfrutar de las dos cosas.
--Si claro... podemos disfrutar divorciados. Somos dos amigos que se divierten con todas sus armas. Eso es todo. Yo no tengo ganas de complicarme la vida. Yo te hago el favor de ayudarte que convertirte en millonario y tú a cambio me das una parte y los dos tan contentos ¿no es eso lo que queremos los dos?
Humberto prefiere no desvelar sus cartas. Le dice a todo que sí porque le interesa estar casado con Pinocho pero a la hora de hablar de divorcio no le piensa poner las cosas tan fáciles. 
--si claro, somos amigos. Todo es dinero --dice Humberto nada convencido.
Pinocho finge que le cree. Pinocho no tiene muy claro que Humberto no esté implicando sus sentimientos pero le es más fácil pensar que sí. Le interesa esa boda. Por el dinero y por molestar a Marcos.
--me gustaría ver la cara que ponga el día que me case con su amorcito. --dice para sí.
Pinocho recuerda como se besaron con Marcos, lo que se dijeron.
--era mentira¡era mentira¡ --murmura.
Los celos y la rabia la carcomen. Por sus ojos deslizan unas lágrimas. Humberto le está acariciando el torso. Lo está besando.
--eras tan guapo... tan varonil.
Le muerde los pezones. Arde en deseo. En cambio Pinocho es puro hielo. Ni se da cuenta que Humberto está gozando de su cuerpo. Humberto sí se da cuenta de la tristeza, de la ausencia de Pinocho:
--¿qué te pasa?
Pinocho trata de disimular.
--¿qué te ocurre?¿no eres feliz conmigo?
A Humberto le duele que Pinocho, mientras esté en sus brazos, piense en otro.
--¿y si piensa en Marcos? --dice para sí.
Esa es una realidad que se niega a aceptar. Marcos siempre ha sido como un hermano para él pero con Pinocho no admite renuncias. Pinocho es para él. A Pinocho no le interesa que Humberto descubra sus sentimientos, no hasta cobrar la herencia.
--estaba pensando en todo lo que vamos a hacer con nuestro dinero --dice Pinocho.
Humberto está dispuesto a compartir la herencia. Es grande y hay mucho para los dos pero no le importa a condición que Pinocho comparta su vida con él. Humberto está sobre Pinocho, lo va besando cariñoso:
--tengo muchos planes para nosotros, una luna de miel por todo el mundo, una mansión que será nuestro nido de amor...
Pinocho le deja hacer. Le deja hablar pero no lo escucha. Piensa en Marcos, en momentos de amor. Las palabras que se dijeron martillean en su cabeza. Palabras llenas de dulzura que luego se convirtió en odio. Pinocho lo odio porque cree que era mentira 

Marcos no puede dormir. Da vueltas sobre la cama. Le atormenta pensar en Humberto y Pinocho juntos. Haciendo el amor. Es una herida que lo lastima mucho. No deja de preguntarse:
--¿porqué ellos dos?
Humberto era muy especial para él y Pinocho es su verdadero amor. Le duele la traición de las dos personas que más ha querido. Suena su teléfono. No tiene ganas de hablar con nadie pero dada la insistencia lo toma.
--¿Aitor?¿eres tú?¿porqué lloras????¿qué pasa? ¡¡NO ME ASUSTES¡¡
Aitor está asustado. En su intento de llamar la atención de Marcos ha llegado demasiado lejos. Está en el hospital con las dos manos rotos. Una enfermera le ha marcado para que pueda hablar con Marcos. Con un hilo de voz dice:
--He tenido un accidente, estoy en el hospital... no sé a quien llamar.
Marcos piensa en cómo lo trató hace rato y no puede evitar la culpa de sentir que el accidente ha sido culpa de él. Eso lo angustia mucho.
--ahora mismo voy.
Aitor está llorando solo en una camilla. Sin poder usar las dos manos.
--¿qué va a ser de mí?
Marcos llega muy preocupado:
--¿qué te ha pasado?
La mirada de Marcos hace que Aitor se olvide de todos sus dolores, de todas las incomodidades que tendrá que pasar. Definitivamente provocarse ese accidente es lo mejor que le ha pasado.
--me he roto las dos manos ¡soy un inutil¡
Aitor se siente mal y no tiene que fingir su preocupación. Su angustia por su estado. Independientemente que haya provocado eso para estar cerca de Marcos. Esto lo mira con mucha ternura:
--tranquilo. Yo estoy a tu lado. No te voy a dejar solo.
Con dolor lo medio abrazada aunque sin tocarlo. Marcos sí lo toca. Con un cariño fraternal:
--juntos vamos a superar esto. No te preocupes...
Marcos lo ayuda a levantarse. Es su apoyo y Aitor está feliz y no desaprovecha la oportunidad. Quiere acercarse a Marcos, atormentarlo con la boda de su tío para convencerlo que se case con él con despecho. Aunque lo obligue a estar con él, Aitor está convencido que Marcos llegará a quererlo y serán felices. Se lo demuestra lo atento y lo cariñoso que es Marcos con él. Como lo ayuda a entrar en el auto. A tumbarse atrás. Aitor lo mira enamorado. Definitivamente tiene que conseguir que ese hombre lo acepte en su vida.
--gracias --le dice con lágrimas en los ojos-- eres muy bueno conmigo. Eres lo mejor que me ha pasado...
Marcos lo acaricia. Lo besa con cariño.
--No hables., descansa.
LLegan a la casa.
--Tengo pis --dice Aitor con timidez.
--ya sabes donde está el baño.
Le muestra las manos:
--asi no me la puede agarrar.
Marcos se mueve por la culpa. No se atreve a preguntar pero está seguro que el accidente fue culpa de él.
--para eso estoy yo a ti.
Marcos se muestra muy cariñoso con Aitor que se excita con la situación. Marcos además lo ayuda a desnudarse y a tumbarse en la cama.
--Yo dormiré en el sofá para no molestarte --dice Marcos.
--No me hagas esto.--le suplica-- quiero dormir contigo...
Marcos siente ternura por eso chico. Cree que se ha accidentado porque él lo ha rechazado. Así es pero no imagina que es provocado.
--como tú quieras.
Aitor se pega todo lo que puede a Marcos. Se excita al tenerlo desnudo. Quiere hablar con él de tantas cosas. Marcos hace que apoye su cabeza en su pecho:
-no hables duerme.
Aitor se va quedando dormido mientras Marcos le acaricia el cabello. Marcos lo cuida amorosamente. En su mirada hay culpa por la situacion de Aitor y dolor por Pinocho. Celos al saberlo en los brazos de Humberto .

Al día siguiente, Aitor está desnudo en la bañera. Marcos lo baña. A Aitor le excita que Marcos lo toque. 
--¿y ahora que hago? No quiero estropear la luna de miel de mi tio--dice Aitor como si no se diera cuenta del daño que le hace a Marcos.
--quedate conmigo --Marcos tragándose sus celos por la referencia a Humberto y Pinocho.
--¿y la boda? Me gustaria ir. ¿me acompañarás, verdad? Es que sin ti me sentiría perdido y no quiero ser un lastre para mi tio en su dia más feliz --habla con aparente inocencia pero conscientemente pretende lastimar a Marcos.
--No me pidas esto.
Se nota el dolor de Marcos y eso lastima a Aitor aunque se hace el inocente.
--bueno pero me gustaría hablarles, decirles que estoy contigo...
Marcos lo acaba de bañar, cuando lo viste le marca a Humberto . Éste está en la ducha.
--¡toma tú la llamada¡ --le dice a Pinocho.
Éste descuelga sin saber quien está en el otro lado de la linea.

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