Marcos se levanta de la cama en boxers. Aitor duerme plácidamente pero él no puede dormir. Los recuerdos del pasado que ha querido borrar se le golpean uno y otra vez. Revive como si fuera presente su ilusión cuando fue a pedir trabajo a Aguirre, como se dejó dominar por él y como su desesperación lo llevó a acostarse con él porque él le dijo que sólo así le daría el trabajo. Nunca pensó que se vendería de esa manera y menos que volvería a venderse. Su boda con Emilio está haciendo que ese suceso que quería que se quedara en su pasado esté de nuevo de actualidad. Siente como si fuera ahora la misma rabia que sintió hacia Aguirre entonces. No puede dormir. Va hacia el baño a mojarse la cara. Se mira al espejo y le parece ver a aquel Marcos lleno de dolor que lloraba por la humillación que le había sometido Aguirre. Esa misma noche fue cuando conoció a Pinocho. Le parece que ha pasado tanto tiempo. El rencor y el odio que le despierta Aguirre más el despecho porque Pinocho está con otra se mezclan confundiéndose ambos dolores. Una voz dentro de él le dice que no lo haga, que su boda con Emilio sólo lo humillará más pero otra vez le recomienda que siga adelante. Lo más importante es que estar a la misma altura que Pinocho, desea tener poder. La idea de poder vengarse de Aguirre es una deuda que tiene con su pasado pero no es lo que más le preocupa.
--¡maldito Aguirre¡
Mientras su cuerpo se cansa por las flexiones, Marcos no deja de dar vueltas a su próxima boda. Ya lo tiene decidido, quiere ver la cara de Pinocho cuando se entere.
--pero no le dolerá eres un iluso.
Sacia su rabia con esfuerzo físico.
--¡maldito Aguirre¡
Ha tratado de superar el rencor para que no lo venza. De hecho su "relación" con Pinocho ha hecho que olvidara estos sentimientos. Siente mucho rencor hacia él.
--¡tengo que demostrarle que yo también puedo cazar a un millonario¡
Le gustaría pensar que Pinocho va a sufrir con su boda pero no lo cree y eso le entristece.
--¿a quien quiero engañar? --se dice con amargura entre flexión y flexión-- a Pinocho le dará igual pero él no me ama como yo lo amo a él.
Y es un amor que le duele en lo más profundo de su ser. Va más rápido en sus flexiones no quiere pensar. No quiero llorar. Trata de ahogar las lágrimas que brotan de sus ojos. Lágrimas por Pinocho. Por más duro que le dé a los ejercicios no puede evitar el sufrimiento.
--Si a Pinocho le da igual que me case almenos le demostraré que no siento nada por él.
Y aunque eso no sea cierto para nada pues alivia un poco su ego herido. Acaba cayendo al suelo, sudado. Agotado. Atormentado. No deja de darle vueltas a su próxima boda. Nunca pensó en el matrimonio y menos en las circunstancias en que lo va a hacer. La razón y el corazón le dicen cosas distintas. Se va a dejar llevar por la venganza pero no puede evitar temer ser una vez más humillado como le pasó con Aguirre.
--con Emilio no me pasará. Aguirre nunca me perdonó que lo despreciara. Seguro que los otros se le regalan y encima luego lo alaban pero yo le hice sentir mi rabia y seguro que eso es lo que no me perdona.
Piensa en Emilio, en la ilusión que siente por el. Es un negocio no quiere llevarse llevar por sentimentalismo.
--Emilio va a poner el mundo a mis pies..
Aguirre era sólo lujuria y en Emilio ha visto mucha ternura. Le conmueve la devoción de Emilio hacia él, el que esté dispuesto a todo por él. Aunque está decidido a casarse no está convencido de hacer lo correcto. Se saca el boxers. Va hacia la ducha para sacarse el sudor. Mientras el agua recorre su desnudo cuerpo va dando vueltas al asunto de su boda.
--No tengo que dudar... Si me vendí al desgraciado de Aguirre que no me dio nada a cambio... Emilio me lo da todo, va a poner una fortuna en sus manos y de hecho no me pide nada... Seré su marido, lo normal.
Le conmueve que Emilio no le pida nada antes, que él se fíe sin conocerlo.
--Emilio me va a ayudar. Yo lo hago feliz en la cama... y punto.
Pero una voz dentro de su consciencia no deja de repetirle que se está prostituyendo, que se prostituyo con Aguirre y ahora hará lo mismo con Emilio. Da un golpe en la pared furioso.
--¡no... Emilio va a ser mi marido... otra cosa es que sea un matrimonio sin amor por ambos lados¡
Son muchas las cosas que pasan por su mente. Aitor se despierta en la cama. Le gusta tener a Marcos controlado.
--¡¡Marcos...¡¡Marcos¡ --grita sofocado al no verlo a su lado.
Marcos se siente comprometido con Aitor. Lo cuida como si fuera su hermano pequeño. Sale corriendo, mojado y desnudo.
--¿¿qué pasa? --le dice preocupado.
--¿qué hacías?
--¿y para eso me molestas? Me estaba dando una ducha... ¿no ves?
Marcos ha sido brusco y entonces Aitor se hace la víctima. Muestra sus manos vendadas.
--¡perdón por ser un inútil¡
Aitor finge que llora y Marcos no soporta verlo mal. Es cariñoso con él.
--¿qué necesitas?
--que me abraces.
--Espera que antes me seque.
--No, ya te calentaré yo.¿porqué ya que estamos despiertes no lo hacemos?
--¿ahora?
Aitor pone cara de pena:
--es que es lo que más me relaja...
A Marcos no le apetece pero no le sabe decir no a Aitor. Marcos quiere hacerlo sentir como un hermano y Aitor quieren que hagan el amor a todas horas para que luego Marcos no le pueda reclamar que no son una pareja.
Al día siguiente, Aitor está tumbado en el sofá. Marcos se prepara para salir.
--No te vayas ¿qué voy a hacer sólo?
Como siempre Aitor trata de despertar la lástima de Marcos pero no lo logra.
--tengo trabajo.
Es una excusa que Aitor no puede rebatir.
--pero vuelve pronto --dice Aitor pidiéndole un beso.
Aitor se siente el marido de Marcos pese a que éste le ha dejado claro que no son sólo amigos. Aunque Marcos se siente responsable de Aitor le cansa tener que estar todo el día a su lado. La excusa del trabajo le da un margen. Sí, sí va a la obra pero para decir que no va a volver más. No da explicaciones, sólo dice que le salió una oferta mejor. Al rato se presenta en el hotel de Emilio. Éste cree que está en el cielo.
--¡viniste¡
Emilio siente que es tan maravilloso lo que le está pasando que temía que hubiese sido un suyo. Marcos se muestra distante.
--claro, vamos a casarnos... es lo que quieres, ¿no?
Emilio hace que sí con la cabeza mientras que da un repaso al cuerpo de Marcos. ¡¡suyo... va a ser suyo¡ ¡¡No se lo puede creer¡ Marcos le presenta un abogado que se ocupará de sus asuntos. Emilio firma todo lo que le da Marcos sin ni leerlo. Eso llena de ternura a Marcos. Le emociona que para Emilio sea tan importa él. Emilio sólo piensa en una cosa ¡tendrá a un chico guapo a su lado¡
--¿¿la boda?¿¿cuando es la boda? --no hace más que preguntar.
--¿qué les parece en 15 días? --dice el abogado.
Marcos dice que sí y Emilio casi se desmaya. Desea tanto a ese hombre. Siente que lo está empezando a amar. Desea besarlo y abrazarlo pero no lo hace. Se mantiene distante para mostrarle a Marcos que quiere, pese a todo, hacer las cosas bien.
15 días después... En la más estricta intimidad y vestidos de calle, Emilio y Marcos compadecen ante un juez. Emilio suspira enamorado. Siente que está amando a ese hombre. Y como no amarlo. Tan guapo y va a ser suyo. Sus ojos recorren toda la anatomía del guapo Marcos.
--¡Mio, va a ser mio¡ --dice para sí.
Emilio mira a Marcos, lo tiene tan cerca. Marcos no lo mira, va a lo suyo. Está tan serio pero ¡es tan guapo¡
--¡y va a ser mio¡¡ --piensa Emilio.
No puede creerlo. Tiene que ser un sueño. Sí, eso será. Cuanto más mira a Marcos más le cuesta creer que en cuestión de unas horas tenga a ese guapo desnudo sólo para él. El juez repite sus nombres, sus datos. Emilio está al lado de Marcos, se está cansando con él. No presta atención a lo que le dice el juez. Marcos es tan guapo, ya nunca estará solo. Marcos estará a su lado. Emilio está muy ansioso. Se le han hecho tan largos esos días. Temía que algo pasara que estropeara el enlace. Marcos es el primero en final. Es un buen negocio que quiere controlar. Luego Emilio, los testigos que son del equipo de limpieza.
--Yo los declaro unidos en matrimonio
Emilio rompe a llorar. No es un sueño. O sí lo es. Es su sueño que se hace realidad. Desea besar a Marcos pero éste está solo pendiente de su certificado y Emilio no se atreve. Le mira al trasero y vibra. Va a ser suyo, ese hombre va a ser suyo. Son un matrimonio y tienen un trato. El sexo es fundamental. Emilio casi se desvanece al imaginárselo.
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