--te quiero, te quiero. Te amo te amo --jadea Aitor.
Marcos le estira del pelo mientras lo va penetrando y jadea:
--calla y disfruta.
Aitor desea que Marcos se comprometa con él, que luego no le pueda decir que nunca le prometió nada. Mueve un poco la cabeza y ve de reojo a un gozoso Marcos disfrutando entrando en él.
--pero dime que me quieres. --jadea.
Marcos se mueve rápido, hace movimientos un poco bruscos para que los jadeos ahoguen a Aitor. Después yacen los dos desnudos el uno al lado del otro. Aitor apoyo su cabeza en el torso de Marcos. Lo besa.
--gracias por hacerme el hombre más feliz del mundo.
Marcos está algo ausente. Se siente atado a Aitor por su accidente del que se cree responsable y no piensa dejarlo pero tampoco quiere que él confunda las cosas.
--creo que tenemos que hablar.
Aitor se aferra a él. Se muestra débil, sumiso.
--No, no me digas nada.
--pero es que...
Aitor lo mira, aumenta su dolor. Lo besa. Aitor usa la compasión para dominar a Marcos. Muestra sus manos envendadas.
--soy un pobre inutil, sin ti no soy nada, por favor... ahora no.
Marcos le hace el amor pero lo besa en la frente muy fraternalmente.
--está bien, descansa.
En cierta manera lo trata. menos por el sexo, como si fuera su hermano pequeño.
--pero no te muevas de mi lado--suplica Aitor besando el torso desnudo de él..
--aqui, me quedo.
Aitor se duerme feliz mientras un ausente Marcos le va acariciando los cabellos. Se muestra dulce pero está con otro lado. Piensa en Pinocho. Se levanta y mira por la ventana.
--¡está con él, está con él¡
Pinocho y Humberto fornican como bestias. No hay nada de ternura. Es sexo puro y duro por parte de los dos. Humberto mira a Pinocho retorciéndose de placer.
--Mio... eres mio... --jadea.
Humberto ve en Pinocho una propiedad más que ha obtenido al igual que su herencia que recibirá en los próximos días. Le gusta mucho ese chico, le atrae sexualmente.
--como me gustas, negro --jadea.
Humberto mira a Pinocho fascinado.
--Mi marido, eres mi marido.
Ese chico le ha enloquecido:
--jamás pensé que haría una locura así pero soy feliz... feliz.
Pinocho fuerza una sonrisa:
--si yo soy tuyo y tú eres mio.
Eso es lo único que le hace sonreir a Pinocho, que Humberto es suyo y no de Marcos. El dolor que siente por el supuesta desamor de Marcos sólo lo alivia al creer que le ha robado a su macho. Humberto no tarda en quedarse dormido. Pinocho salta de la cama totalmente desnudo. Mira hacia la ventana.
--¿qué me hiciste, Marcos? ¡¡¿porqué no puedo olvidarte?
Mira la cama en la que duerme Humberto . Siente mucha rabia.
--pero vas a quedarte sin el hombre que amas, es tu castigo por no quererme.
Marcos mira por la ventana.
--¿porqué eres así?
Piensa en lo tierno que fue Pinocho en las últimas veces. Se le escapa algunas lágrimas.
--¡Era mentira, era mentira¡ --repite con amargura.
Emilio es un hombre feliz. En unos días cobrará el dinero de su premio y será muy, muy rico. Mucho más rico de lo que es ahora Aguirre. Tendrá mucho dinero y está seguro que podrá comprar su felicidad. En una maleta pone sus cosas más personales. Un poco de ropa para esperar a cobrar su premio. Pasa la noche en un hotel. No se despide de Nicolás. No lo volverán a ver.
--cuando Nicolás llegue yo ya no estaré.
Sonríe cuando se cierra la puerta, una puerta que no volverá a abrir. Un pasado que deja atrás. Un pasado que lo amargaba. Una pareja que le frustraba. Y Aguirre. Por un momento duda. Ha disfrutado tanto de su trabajo.
--se tendrá que buscar otro esclavo, ahora ya no lo necesito, ahora podré tener a todos los machos que yo quiera.
Emilio ya no recordaba la última vez que se sintió feliz. Su vida va a cambiar, para mejor. De eso no le cabe la menor duda.
--De ahora en adelante será feliz, estaré rodeado de machos. Todos para mí.
El hombre está muy excitado. Muy contento. Nicolás le da igual. No piensa en él. Lo ha necesito para solucionar un problema sexual pero ha llegado a detestar y Aguirre:
--se cansará de gritar y yo no estaré más para que me humille.
Emilio se siente libre, libre de Nicolás y Aguirre. Tiene guardado como un tesoro el dossier de Marcos. Ahora sólo piensa en él. En ese guapo que podrá ser suyo, por fin su sueño de acostar con un chico guapo se hará realidad.
Cuando Nicolás llega a su departamento y no se encuentra a Emilio y falta una maleta sabe que no lo volverá a ver. No quiere llorar. Nicolás quería negarse la realidad, el hecho que Emilio estaba con él porque no le salió otro. Está muy triste.
--seguro que ahora está con otro.
Lo ha querido mucho pero se ha decepcionado también mucho. Le pese su departamento, se siente solo. Abrumado porque sólo no sabe cómo podrá pagar las facturas. Sale a dar una vuelta. Se encuentra con Carlos Emilio. Son dos almas perdidas, solitarias que se encuentran. Se miran, se sonríen con timidez y acaban en el departamento de Nicolás fornicando salvajemente. Nicolás hacía mucho que no disfrutaba del sexo de esa manera pero luego se siente culpable. Recién Emilio lo ha dejado y él ya ha encontrado un sustituto.
--yo no queria ... es que me dejó mi chico...
Carlos Emilio no está preocupado:
--solo quería sexo... no te preocupes --dice mientras se viste.
Días después... Emilio está aprendiendo a ser millonario. Vive en un hotel de lujo y lleva ropas caras. También se ha comprado un auto aunque no sabe manejar. Llama a Marcos:
--es para un trabajo que le interesa.
Marcos llega contengo a la cita.
--¿¿que broma es esta?
Se molesta al encontrar a Emilio. Emilio está muy excitado. Es más guapo de lo que recordaba y está seguro que ahora podrá tenerlo. Empieza a dar rodeos, no sabe cómo hacer su propuesta. Marcos está de pie. No tiene paciencia. Le reclama:
--¿¿qué quieres exactamente de mi?
Si no lo suelta de golpe no lo hará nunca. Traga saliva y dice:
--Acostarme contigo..
Marcos mira a Emilio con desprecio. Lo agarra del cuello.
--¡vete a la mierda¡
--Ya lo hiciste con Aguirre y a cambio de nada. Yo te pagaré mucho--Emilio asustado.
Marcos es muy agresivo. Lo tumba de un puñetazo
--¡(INSULTOS)¡
--¡¡Me tocó la lotería.Ahora soy multimillonario.... te puedo dar lo que tú quieras¡¡ --Emilio nervioso.
Marcos lo suelta y lo escucha con interés. Se le ha ocurrido algo. Sonríe vengativo:
--¿Lo que yo quiera... Sólo por coger conmigo?
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