--¿¿Dónde estabas?¡
Marcos lo mira frío:
--¡No tengo ganas de tus reclamos de mujer celosa¡
Agarra una maleta.
--¡haz tu maletas¡
Aitor llora, le suplica.
--No me hagas esto.
Marcos empieza a tirar la ropa de Aitor a su maleta. Éste se le lanza a los pies.
--¡¡te juro que no te reclamaré, pero no me eches de tu vida¡
Marcos lo levanta.
--¡ahora no estoy de humor para tonterías¡
Le impresiona que Aitor esté dispuesto a humillarse por él pero ahora no tiene tiempo de darle explicaciones. Le gusta acostarse con Aitor pero no le gusta que lo absorba tanto, que dependa tanto de él. De todas formas aún se siente responsable de él. Aitor lo sabe, por eso se hace la víctima. Le muestra sus manos. Ya no lleva vendas y finge dolor.
--aún no estoy curado, me duele.
Marcos hace el esfuerzo por mostrarse fraternal:
--Si quieres estar conmigo tienes que hacer lo que yo diga.
Aitor lo abraza con desesperación. Pese a que afirma que le duelen las manos las aprieta con fuerza en el pecho de Marcos.
--¡lo que sea, lo que sea¡
--Haz tu maleta.
Aitor pone carita triste.
--¿Dónde quieres que vaya?
Marcos acaba conmovido. Le sonríe y dice:
--Nos vamos, a una gran casa. Ahora soy rico.
Marcos se muestra serio. Aitor se queda más tranquilo. Habla contento aunque sorprendido.
--¿Cómo que eres rico? ¿te sacaste la lotería? ¿y porqué tan triste?
Marcos no lo mira.
--Me he casado.
Aitor siente una punzada de celos, dolor y rabia.
--¿¿con quien?¿¿¿Cómo?¿¿porqué?
Siente que el mundo se le viene encima.
--Es un tipo feo, un pobre diablo. Nos va a dar todo lo que necesitamos.
--¿¿¿¡TE VENDISTE?¡ --le reprocha Aitor a Marcos.
A Marcos le molesta esa escena de celos y lo que más le molesta es que Aitor dice la verdad en sus palabras.
--¡¡tú no eres quien para hablarme de esa manera¡
--¡estamos juntos¡
Los dos gritan alterados. Marcos habla con furia que nace de la bronca por todo lo que le está pasando, por la boda de Pinocho, por su propia boda. Aitor hasta llora. Su furia nace de los celos, del dolor.
--¡tú y yo no somos nada¡ --Marcos.
--¡me dijiste que me querías¡
Aitor trata de aferrarse a cualquier palabra para mantener a Marcos a su lado. Marcos trata de justificarse para alejar cualquier responsabilidad.
--¡Nunca dije eso pero los amigos también se quieren¡
--¡te burlaste de mi¡
--¡somos amigos a mi me gusta acostarme contigo¡
Aitor está llorando y Marcos no soporta verlo llora. Se pone en cuclillas. Es cariñoso con él.
--y podemos seguir haciéndolo... si Emilio no se entera..
Marcos le guiña el ojo seductor. Se siente responsable de él y no quiere dejarlo solo...
Aitor le promete su silencio. Se va con Marcos. Entra con él en la mansión.
--¿y él quien es? –pregunta Emilio.
Marcos no se detiene a hablar con su marido:
--Un amigo.
No le da más explicaciones. Se queda triste. Aitor sigue a Marcos y acaban haciendo el amor. Marcos se queda fumando.
--y ahora vete, elije cualquier habitación que quede libre.
Aitor lo abraza:
--quiero quedarme contigo.
Marcos lo mira con dureza:
--¿prefieres irte de esta casa?
Aitor obedece. Se traga su rabia aunque la descarga en Emilio al que encuentra en el pasillo. Emilio lo fulmina con la mirada al verlo salir de la habitación de Marcos desnudo. No se atreve a decirle nada. Está empezando a sentir cosas por Marcos pero está solo y carente de pasión. Aitor es muy atractivo y le gusta. Sería un buen consuelo si Marcos le falla. Le duele el rencor que ve en los ojos de Aitor. El chico lo ve como un rival. Emilio no siente celos. Le pone cachondo pensar que esos dos guapos tienen sexo y le gustaría verlos. Aitor se acerca a él. Le habla con mucho desprecio.
--¡¿No te da pena tener que pagar por acostarte con alguien?¡
--Estas en mi casa ¿¡como te atreves a hablar asi?
Emilio trata de hacerse respectar pero Aitor se da cuenta que es inofensivo. Le habla muy altanero
--¡esta casa también es de Marcos y yo soy su hombre¡
--yo soy su esposo –dice Emilio timido.
Aitor se le ríe. Le habla con rabia.
--¡que el que comparte la cama con él soy yo porque tù le das asco… sólo está contigo por dinero¡
Aitor se va riendo y Emilio entra en el cuarto de Marcos furioso. Éste está desnudo haciendo flexiones en una barra de hierro que él mismo ha hecho colocar en su habitación.
--¡ya sé que has metido a tu amante en nuestra casa, pues quiero que cojas conmigo como coges con él¡
Emilio, muy excitado, le roza los genitales aprovechando que tiene las manos ocupados. Marcos le da una patada. Lo tira al piso. Luego salta al suelo y le dice furioso:
--¡Tocame de nuevo y no me vuelves a ver el pelo¡
--¡soy tu marido, tengo derechos¡ --dice Emilio llorando de rabia.
--¡y estoy a tu lado…pero a la fuerza no¡ --grita Marcos furioso.
Emilio llora.
--¿¿Por qué me haces esto? Te lo he dado todo y sólo te pido un poco de amor.
Marcos lo mira con ironia:
--¿amor? Tú lo que quieres es coger… tranquilo, te conseguí a alguien.
--¿de qué hablas? –dice Emilio levantandose.
Marcos está empezando a vengarse y Emilio lo va a ayudar.
--Me enteré que nuestro amigo Aguirre está en la ruina. Ha hecho malas inversiones y nosotros vamos a comprar su agencia
Emilio siente una fuerte atracción hacia Marcos, está empezando a amarlo y le duele ver tanto odio en su mirada. Marcos sigue hablando:
--Le hemos prometido que tendrá trabajo pero no sabe que tú lo humillarás.
--¿yo?
Marcos pretende pagarle a Aguirre con la misma moneda, que se tenga que acostar con alguien que no desea por trabajo. Marcos ríe victorioso.
--¡la cara que pondrá cuando sepa que tú eres su jefe y que se tiene que acostar contigo¡ ¡¡me lo tienes que grabar todo para que lo vea¡
Emilio mira a Marcos dolido de que lo trate como una propiedad más de las que ha adquirido tras la boda. Marcos le dice con burla:
--No te hagas el decente que recuerdo que todos comentabas que te gustaba él, que siempre le mirabas el culo… ah, perdona… que a ti te gustan todos.
A Emilio le duele el desprecio con el que le habla Marcos. Es cierto que siempre deseó a su jefe, que le excita la idea de poseerlo pero le duele que Marcos lo humille.
--¿porqué eres así conmigo? –solloza.
-¿¿no es lo que querías, coger? ¡No es mi tipo pero a ti seguro que te gusta, pasarás un buen rato humillando a ese tipo, que sea tu esclavo sexual… ¿a poco no te apetece? –irónico y frívolo.
--Yo quiero hacerlo contigo.
Emilio quisiera que Marcos fuera cariñoso con él pero es muy frío:
--¡yo me acostaré contigo el día que haya visto el video en el que le haces pagar a Aguirre como me humilló, así me demostrarás que te importo¡
--Lo haré.
A Emilio le duele que Marcos no le agradezca, que sea brusco.
--¡ya te puede ir¡
Emilio llora tras la puerta, Marcos empieza a tirar por los aires todo lo que encuentra a su alcance.
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