viernes, 7 de agosto de 2020

Capítulo 15


Aunque se dice así mismo que no lo va a aceptar, Marcos está deseando que sea Pinocho quien lo llame. Le decepciona ver que es Aitor.
--¿¿qué quieres?
A Aitor le gusta mucho Marcos y le duele que sea tan brusco con él pero no se piensa rendir.
--bueno he pensando que tú y yo podríamos salir a dar una vuelta... a divertirnos.
Aitor se muestra amable pese a lo frío que se muestra Marcos.
--ya vete a dormir.
Marcos habla con fastidio, lo trata como si fuera un niño. Algo que molesta mucho a Aitor.
--¡¡esta tarde  hemos cogido rico yo creo que lo menos que puedes hacer es quedar conmigo para agradecerme¡ --reclama Aitor en un desesperado intento de que Marcos le haga caso.
Marcos se burla de él:
--sólo ha sido un polvo. Vete a dormir y dejame en paz.
Marcos va a colgar. Aitor insiste. Pone la excusa de la ropa. 
--¡te tengo que devolver la ropa¡
Eso no funciona. Ya Marcos se la había dado y se lo confirma. Además le dice:
--¡No te quiero volver a ver¡
Cada vez que lo rechaza Marcos Aitor queda más y más atrapado.
--¡Si no nos volvemos a ver te vas a arrepentir¡
Aitor lo dice sin pensar. Está muy ansioso. Quiere volver a estar con él. Almenos logra que Marcos le tome atención:
--¡¿me estás amenazando?¡
Marcos está muy molesto. Aitor se disculpa. Piensa las cosas rápido para que Marcos no se aleje aún más de él.
--Simplemente sé que soy del único hombre del que te puedes enamorar.
A Marcos le hace gracia el comentario de Aitor.
--te veo muy seguro.
Marcos parece dispuesto a tener una conversación con él. Aitor alza el brazo en señal de victoria.
--Yo sé que puedo hacer que te enamores de mí como nunca te has enamorado de un hombre.
La palabra amor produce tristeza a Marcos:
--el amor siempre trae tristeza.
Aitor sigue con el tema porque lo que más le interesa es saber cosas de Marcos.
--¿te ha ido mal?
Marcos está triste. Necesita desahogar su pena. Sin darse cuenta habla con un chico al que apenas conoce pese a que ya han cogido.
--Pues a quien yo he amado no me ha amado a mí.
Su rostro se llena de tristeza. Siempre ha tenido claro que Humberto era su amor, su verdadero amor. El amor prohibido pero ahora Pinocho se ha metido en medio y no sabe qué pensar. Aitor quiere saber cuales son los sentimientos de Marcos hacia su tío y hacia Pinocho. Le pone cachondo haberse acostado con los tres.
--¿así nunca has estado con nadie enamorado?
--Digamos que siempre he sido yo el que más he querido.
Aunque Marcos tiene una vida sexual plena sí le produce un poco de frustración el amar sin ser correspondido, el no haber podido compartir sentimientos con un chico. De nuevo va pensando tanto en Pinocho como en Humberto .
--¿y ahora estás enamorado?
Aitor ha hecho demasiadas preguntas.
--No sé para que te estoy dando tantas explicaciones. No nos vamos a volver a ver.
--¡no me cuelgues, podemos ser amigos¡ --Aitor desesperado.
Pero Marcos no hace caso de la súplica de Aitor y le cuelga.
--¿y si lo voy a buscar? --dice Aitor.
Aitor está seguro que si ya lo ha tenido una vez puede volver a tenerlo. Le cuesta controlarse y no ir a buscarlo.
--¡no quiero parecer un loco¡ ¡me tengo que hacer respectar.  Si quiere que venga él¡ --se dice Aitor para sí.
Espera que Marcos sea el que lo busque pero Marcos no tiene ninguna intención de volver a verlo.



Al día siguiente, Alberto va al estudio de Aguirre. Lo recibe Emilio. El hombre está distraido con unas pruebas en la mano. Alberto le da un toque en el hombre:
--oye perdona me podrías decir...
Emilio se gira y queda impactado.
--¡ha caído un ángel¡ --dice para sí.
Alberto le parece un chico muy guapo. Está encantado de que esté con ellos. Alberto le pregunta por el despacho de Aguirre. Emilio se pone muy cachondo. Sabe lo que hace Aguirre en su despacho con los chicos guapos y le excita mucho imaginarse a Alberto en esa situación. De los nervios se le cae todo. Alberto es muy amable con él. 
--perdona... no te quería molestar.
Sonrie. Su sonrisa es una brisa para Emilio. Su voz es una melodía que lo embriaga. Los dos se agachan a la vez. Emilio tiene tan cerca los labios del nuevo guapo... podría besarlo. Recién lo conoce pero lo desea. Lo desea mucho. Aguirre sale de su despacho en ese momento. Le da mucha rabia ver a Emilio interesado en su nueva adquisición. Le grita, lo humilla delante de Alberto. Éste lo mira a Emilio con pena. Le duele que lo trate tan feo. Aguirre se desvive por atender a Alberto.
--vamos a mi despacho.
Alberto está nervioso. No le gusta la manera en la que Alejandro Aguirre trata a Emilio. Tampoco le gusta la manera en la que lo mira a él. Aunque lo trate bien lo trata como a una simple propiedad y a Alberto no le gusta nada. Antes de encerrarse en su despacho con él, Aguirre pide que nadie los molesto. Él y su presa están encerrados. Los dos sólos. Aguirre tiene claro que Alberto no se va a ir sin que lo haya probado. Alberto se muestra muy nervioso pero Aguirre lo deslumbra con un buen contrato, con una buena suma de dinero.
--¿y me va a dar todo ese dinero? Yo no lo valgo.
Aguirre está deseando lanzarse sobre él.
--claro que lo vales.
Alberto está interesado pero no se fía. Le parece demasiado dinero.
--¿y qué tengo que hacer?
Aguirre muestra su cámara:
--dejar que te haga unas fotos.
Alberto va entendiendo:
--¿en bolas?
Aguirre sonríe picaro:
--entre otras cosas.
Alberto duda:
--Yo es que salir desnudo...
Aguirre lo desea demasiado:
--¡Es un desnudo artístico pero igual si es sólo en ropa interior pues vale¡
Aguirre logra convencerlo para que se someta a una prueba.
--¡desnudate¡
--¿ahora?
--Si claro... es lo mejor para ti. Si te da pena desnudarte ante mí no podrás hacerlo en las sesiones.
A Alberto lo que le duele es que Aguirre lo esté devorando con los ojos. No deja de observarlo por la cámara. Se vuelve loco su belleza, su timidez. Lleva unos slips blancos pequeños y Aguirre no puede más. Se lanza sobre él. Le agarra las nalgas. Le hace sentir su deseo.
--¡que bien lo vamos a pasar¡
Alberto se aparta con asco.
--¡¿¿que hace?
--¡Esto es parte del contrato¡
Alberto se niega. Se empieza a vestir. 
--¡nunca debí venir... debería denunciarlo¡
Alberto abre la puerta del despacho. Sale con la camisa y los pantalones desabrochados. Emilio lo ve y se pone muy cachondo. Aguirre está deseando comerse ese guapo. 
--¡¡si no haces lo que yo te diga te voy a hundir¡ ¡¡yo puedo hacer que triunfes o que seas un fracasado de por vida¡
--¡usted me da asco... jamás se saldrá con la suya¡
Alberto pase por el lado de Emilio que casi se desmaya. Alejandro Aguirre está furioso. Justo en la puerta Alberto se encuentra con Lalo. Los dos se sorprenden al encontrarse.
--¿¿qué haces tú aquí? --se dicen mutuamente.

Esa noche, Aitor va a casa de Marcos que no lo deja entrar.
--¿¿¿es que no me voy a librar de ti?
Aitor se queda en la puerta.
--no me pienso ir hasta que me abras... --desesperado y ansioso.
--pues ahi te quedas.--Marcos lo trata como a un loco.
Aitor se prepara para pasar la noche ante la puerta del apartamento de Marcos.


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